La mayoría de nosotros/as estamos atrapados en un torbellino de actividades que comienzan el lunes por la mañana y terminan el domingo por la noche. Entre el trabajo, las responsabilidades y las mil y una tareas de la vida diaria, a veces parece que tenemos cada vez menos tiempo para pasar con nuestras familias.
Las investigaciones demuestran que el tiempo de calidad en familia tiene efectos beneficiosos para los niños/as y sus familias: mayor bienestar, sentido de pertenencia e influencia positiva en el desarrollo cognitivo, social y emocional de los niños/as y en sus decisiones vitales posteriores. La mayoría de los padres y madres están de acuerdo en que el tiempo de calidad con la familia es importante, pero muchos consideran difícil encontrar el tiempo para hacerlo a diario.
Un tiempo de calidad, durante todo el año
Algunas familias optan por resolver el problema organizando unas vacaciones familiares. Es una buena opción porque las vacaciones te permiten alejarte de la rutina diaria, relacionarte con tus seres queridos en un entorno solidario, experimentar cosas juntos, etc. Sin embargo, el tiempo de calidad que se pasa durante todo el año, a diario, con la familia tiene mucho más impacto que el acontecimiento excepcional de las vacaciones.
Demasiadas actividades extraescolares, una trampa a evitar
Todos queremos ser buenos padres y madres y dar a nuestros hijos e hijas todas las experiencias posibles, y eso pasa por actividades extraescolares. Hoy en día, dichas actividades se han casi convertido en un estándar de «buena crianza».
En principio, estas actividades son algo bueno, por supuesto. Después de la escuela y los deberes, cada vez más niños o niñas se dedican al fútbol, la natación, la equitación, el dibujo, el baile, etc. Pero ¡cuidado con los excesos! Algunos niños/as dedican hasta cinco días a la semana a este tipo de actividades. Aparte del considerable coste y del agotamiento de los padres y madres, las consecuencias de demasiadas actividades extraescolares pueden ser el deterioro de la calidad del tiempo que se pasa en familia, según una encuesta británica.
Calidad y cantidad
Consideremos en primer lugar el tiempo que dedicamos a cosas que no son realmente importantes: hablar por teléfono, consultar las redes sociales, ver la televisión. A partir de ahí, tenemos que decidir consagrar tiempo a lo que realmente importa. ¿Realmente necesitamos recordarnos que el tiempo vuela y que el tiempo que pasamos con nuestra familia es único?
Luego, no confundamos calidad con cantidad. No necesitamos pasar mucho tiempo con nuestra familia, pero sí esforzarnos por pasar tiempo de calidad con nuestros seres queridos. Tampoco hace falta gastar mucho dinero para ello. He aquí algunos ejemplos:
- Preservar el tiempo de la cena en familia: esto parece obvio para algunos, pero es un hecho, muchas familias descartan este tiempo esencial
- Planifica una actividad a elección del niño o de la niña: deja que ellos/as decidan qué quieren hacer en familia (un juego de mesa, una receta, un paseo, etc.)
- ¿Hace mal tiempo? ¡Haz un picnic en casa! Invita a los abuelos y luego jugar, leer o hacer otra cosa
- Haga un voluntariado con su hijo/a: haga recados para un vecino que esté postrado en una cama, participe en una jornada de recogida de basura
- Elige un día temático, como el “club de cine” del viernes o el “día de piscina” del domingo
- Den un paseo juntos después de la cena. Relajarse y charlar
Adaptar los horarios, una necesidad
Por supuesto, existe un vínculo entre el horario laboral y la vida familiar: la duración del trabajo y el tiempo que pasamos en él afectan a nuestras posibilidades de pasar tiempo con nuestros seres queridos. En algunos países, como España, este vínculo es especialmente significativo.
El mercado laboral español se caracteriza por una alta prevalencia de la jornada partida, que se basa en una importante interrupción del trabajo durante la pausa del almuerzo. La jornada partida afecta a casi el 45% de los asalariados, lo que significa que los padres y las madres no terminan su trabajo hasta el anochecer… Pasar tiempo con la familia es estupendo, pero ¡hemos de ser capaces de hacerlo!
Nutrir su familia, día tras día
El tiempo de calidad en familia es un aspecto esencial del desarrollo del niño. Una familia se cultiva y se nutre día a día, a través de pequeñas atenciones al cónyuge y a los hijos/as, si se tienen. Si un día surgen dificultades, estarás mejor preparado para afrontarlas.
¡La prevención de las adicciones y otros comportamientos de riesgo empieza en la familia!